lunes, 13 de agosto de 2007

reflexiones finales


El desenlace autoritario del país ha llevado a debatir, y no sólo en el Perú, sobre la necesidad o inevitabilidad de la interrupción constitucional como condición para instaurar la autoridad estatal y asegurar la necesaria continuidad de las reformas económicas de manera de confirmar la estabilidad política y económica.
A este respecto, existen posiciones encontradas; unos consideran que la solución autoritaria es la única factible para avanzar en el proceso de "modernización" y el desarrollo del país, poniendo como ejemplo a Pinochet; mientras otros desestiman esta supuesta fatalidad, en tanto consideran que se podría haber logrado ese objetivo en el marco institucional, si no hubiera sido porque las condiciones del país permitieron que Fujimori realizara sus ambiciones personales y las Fuerzas Armadas pudieran actuar fuera de la luz pública.



Pero el estilo neopatrimonial de Fujimori es el talón de Aquiles del gobierno. Su extremo voluntarismo y rechazo a las mediaciones institucionales impiden atender los intereses y demandas sociales que pueden desembocar en situaciones conflictivas. En este sentido, sectores empresariales y algunos grupos populares han reaccionado contra el programa económico, puesto que no tiene visos de corregir la continua recesión ni el rebrote inflacionario, orillándose situaciones de ruptura del consenso logrado por Fujimori.
De proseguir esas dificultades y a instancias de las presiones de algunos de los "independientes" con aspiraciones a reemplazarlo, no sería de extrañar que Fujimori buscara repetir un audaz "salto hacia adelante", que podría ser al vacío.

No hay comentarios: